domingo, 8 de enero de 2012

Me huele a soledad

A veces pienso que en algún lugar del mundo está mi alma gemela y otras, que me gustaría saber en qué parte específicamente se encuentra para ir a buscarla. Pero la cuestión no es tan simple. Últimamente me he convertido en una persona muy envidiosa, pero cómo no serlo si por todas partes están esas parejitas de novios felices tomadas de la mano, riéndose o besándose, que me resultan tan ridículas como el hecho de que digan que se aman a la semana de conocerse. Pero tengo que aceptar que los envidio a pesar de las ganas de vomitar que me causan porque mientras ellos disfrutan el aroma del amor a mi todo me huele a soledad. Tal vez estoy pasando por uno de esos momentos en los que veo el vaso medio vacío. Así que mientras consigo un mapa con la ubicación del príncipe azul, seguiré soportando las náuseas con  mucho optimismo. Y espero contar con suerte para, finalmente, poder respirar otros aires junto a alguien especial, alguien que me permita escribirle poemas, a pesar de lo cursi y pasado de moda que resulten.